(Publicado inicialmente el 8 de octubre de 2015)
El barrio de Tai Hang en la isla de Hong Kong era, en sus inicios, una pequeña aldea de emigrantes Hakka, chinos del norte del país que se asentaron en las provincias del sur allá por el siglo XVII. Sus pobladores eran granjeros y pescadores.
En 1880 uno de sus habitantes mató una serpiente que se adentró en la aldea. -Me imagino que esto era un evento normal por aquel entonces, ya que incluso hoy en día la población de Hong Kong vive en tan sólo el 25% del territorio superurbanizado, y el restante 75% los constituyen selvas, costas y reservas naturales, que esconden infinidad de bichos que viven estupendamente en el clima subtropical y monzónico de la zona-. Pero el cadáver de la serpiente desapareció misteriosamente a la mañana siguiente, hecho que algo tuvo que ver con una plaga que afectó en los días posteriores a la población, provocando la muerte de muchos de sus vecinos.
El barrio de Tai Hang en la isla de Hong Kong era, en sus inicios, una pequeña aldea de emigrantes Hakka, chinos del norte del país que se asentaron en las provincias del sur allá por el siglo XVII. Sus pobladores eran granjeros y pescadores.
En 1880 uno de sus habitantes mató una serpiente que se adentró en la aldea. -Me imagino que esto era un evento normal por aquel entonces, ya que incluso hoy en día la población de Hong Kong vive en tan sólo el 25% del territorio superurbanizado, y el restante 75% los constituyen selvas, costas y reservas naturales, que esconden infinidad de bichos que viven estupendamente en el clima subtropical y monzónico de la zona-. Pero el cadáver de la serpiente desapareció misteriosamente a la mañana siguiente, hecho que algo tuvo que ver con una plaga que afectó en los días posteriores a la población, provocando la muerte de muchos de sus vecinos.
Una
noche Buddha se apareció en sueños a un anciano del lugar, y para
salvar a su población de la maldita plaga le instó a organizar una danza
de un dragón de fuego durante el festival de medio otoño. Al igual que
ocurre con las apariciones de nuestras vírgenes y santos occidentales el
hecho tuvo un resultado milagroso, ya que el azufre que emanó de los
miles de palos de incienso del dragón erradicó por completo la
enfermedad de la aldea de Tai Hang.
El pasado domingo 27 de septiembre los chinos volvieron a celebrar el festival de medio otoño, coincidiendo con la luna llena del día 15 del octavo mes del calendario chino y, por supuesto, volvieron a “bailar” el dragón de fuego en las calles de Tai Hang. Como se ve en las fotos el dragón de 67 metros y con más de 70.000 palos de incienso era portado por decenas de chavales, y estaba acompañado por un séquito de niñas y adultos con lámparas de papel, típicas del festival de medio otoño, un tambor gigante y una “banda” de gaitas y más percusión; me imagino que lo de ser colonia británica les ha dejado también reminiscencias escocesas.
Pero este no es el único dragón de fuego que baila en la ciudad en esta fecha, sino que al oeste de la isla también se llevaron a cabo ritos y costumbres populares entorno a la bestia. En Pok Fu Lam Village, una barriada construida por los propios vecinos a base de ocupar los espacios levantando casas de obra pero también de madera y chapa, el dragón se paseó por las callejuelas no sin pocas dificultades debido a la estrechez de las mismas; incluso el cuerpo estaba separado de la cabeza, eso sí, siguiéndole bien de cerca, todo ello para que la cabeza pudiera bailar libremente al son de los bombos y platillos que sonaban cada vez que un vecino donaba dinerillos a la “hermandad del dragón” en un sobre rojo. Mucho menos turístico y famoso el dragón de Pok Fu Lam que su compañero en Tai Hang en pleno corazón de la ciudad, pero mucho más popular y entrañable. Como las cofradías de barrio, vamos.
Aquí os dejo unas fotos. Un saludo. Antonio.
El pasado domingo 27 de septiembre los chinos volvieron a celebrar el festival de medio otoño, coincidiendo con la luna llena del día 15 del octavo mes del calendario chino y, por supuesto, volvieron a “bailar” el dragón de fuego en las calles de Tai Hang. Como se ve en las fotos el dragón de 67 metros y con más de 70.000 palos de incienso era portado por decenas de chavales, y estaba acompañado por un séquito de niñas y adultos con lámparas de papel, típicas del festival de medio otoño, un tambor gigante y una “banda” de gaitas y más percusión; me imagino que lo de ser colonia británica les ha dejado también reminiscencias escocesas.
Pero este no es el único dragón de fuego que baila en la ciudad en esta fecha, sino que al oeste de la isla también se llevaron a cabo ritos y costumbres populares entorno a la bestia. En Pok Fu Lam Village, una barriada construida por los propios vecinos a base de ocupar los espacios levantando casas de obra pero también de madera y chapa, el dragón se paseó por las callejuelas no sin pocas dificultades debido a la estrechez de las mismas; incluso el cuerpo estaba separado de la cabeza, eso sí, siguiéndole bien de cerca, todo ello para que la cabeza pudiera bailar libremente al son de los bombos y platillos que sonaban cada vez que un vecino donaba dinerillos a la “hermandad del dragón” en un sobre rojo. Mucho menos turístico y famoso el dragón de Pok Fu Lam que su compañero en Tai Hang en pleno corazón de la ciudad, pero mucho más popular y entrañable. Como las cofradías de barrio, vamos.
Aquí os dejo unas fotos. Un saludo. Antonio.
Séquito de niñas y adultos portando lámparas de papel en Tai Hang
La música en Tai Hang era cosa de gaiterxs
Y por fin la cabeza del dragón de fuego de Tai Hang y su larga cola portada por decenas de hombres
Mientras en Pok Fu Lam Village lxs vecinxs disfrutan de lo que yo llamaría "la verbena" del Mid Autumn Festival
Lxs vecinxos de Pok Fu Lam Village dan vida a su dragón de fuego
El dragón visita cada casa de Pok Fu Lam Village para agradecer los donativos
Intuyo que debe ser un orgullo para lxs jóvenes del barrio portar el dragón de fuego en una noche importante como esta
"Entre el dragón y la pared"
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