sábado, 9 de octubre de 2010

Vietnam: de Hoi An a Hanoi


Bien amigos, perdonad el silencio pero es que hemos estado en China y allí está prohibido el Blogspot. Pero aunque ya hemos salido de China, todavía nos quedan algunas cosas que contar de Vietnam, si, vamos atrasados pero intentaremos adelantar un poquito en las próximas semanas.

Con Antonio nos habíamos quedado en Quy Nhon, ese pueblito de mar con barquitas que usan para pescar calamares. Como los medios de transporte nos habían complicado un poco la vida hasta llegar aquí decidimos que a partir de ahora no viajaremos más en furgonetuchas y nos aseguramos que el autobús que nos llevaría a Hoi An era uno de verdad con aire acondicionado y un asiento por persona.  Este autobús nos llevó a un sitio que se llama Danang y de allí nos montamos en otro mucho peor equipado que nos dejaría en Hoi An. Resultó que este segundo autobús llevaba un acomodador antipático que se empeñó de muy malas maneras en cobrarnos el doble de lo que pagaban los viajeros locales, en lugar de 10000 Dongs pagamos 20000, unos cuarenta céntimos que, no creáis, discutimos un poquito, pero poco porque el señor este tenía muy malas pulgas y cada vez que le insistíamos en que queríamos pagar como todo el mundo hacía aspavientos como que nos iba a sacar las mochilas del autobús. En fin, un ratito más tarde ya estábamos en Hoi An.

Hoi An es una pequeña ciudad en la costa del mar de la China, por el centro de Vietnam. En el siglo I, la ciudad disponía del mayor puerto del sureste asiático. Se la conocía como Lam Ap Pho (Ciudad de Champa).El antiguo puerto de los Champa en la desembocadura de río Thu Bon fue un importante centro de comercio durante los siglos XVI y XVII, en los que chinos de varias provincias, así como japoneses, holandeses e indios se asentaron en ella. 

A día de hoy Hoi An es una ciudad souvenir, todas las calles están arregladas hasta el punto de hacerte creer que estás en el rincón asiático de un parque temático. Todos los bajos de las casas son tiendas y restaurantes y, no entiendo bien por qué, hay cientos (y no exagero) de tiendas en las que puedes encargar la prenda que se te antoje hecha a medida y en un día o dos te la tendrán lista, yo aluciné. También hacen zapatos a gusto del consumidor. Es muy extraño.
El primer paseo que hemos dado nos dejó una de las imágenes más bonitas que hemos podido disfrutar de la ciudad. Se trata del muelle por la noche, las barcas con caritas (quizá para ahuyentar los malos espíritus del mar) duermen a la luz de los restaurantes mientras la luna pasa revista para comprobar que todo sigue igual, que todo va a mejor.


A la mañana siguiente no perdemos el tiempo y hacemos una excursión a My Tho, una antigua ciudad del reino de Champa. Este estado fue habitado por la etnia de los shams, un pueblo de origen malayo-polinesio, aunque la aristocracia fundadora provenía del este de la India. La aparición de Champa obedece principalmente a los siguientes factores: la conversión al hinduismo de las poblaciones locales debido a la actividad de mércaderes hindúes (demostración histórica de lo hartibles que pueden llegar a ser los indios) y el caos en el cual entró la dinastía china de los Han. Esto último posibilitó que, en el año 192 el gobernador regional se declarara independiente fundando las bases del estado de Champa (Shampā), tomando el nombre de los shams. En lo sucesivo se irían asentando como pueblo independiente, sin embargo Champa estaría en guerra casi continua con sus vecinos, el reino de Java, el imperio Khmer (Camboya) y las provincias del sur de China. 

El Santuario My Son es un conjunto de templos inscritos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1999. La construcción de los cerca de 70 templos y torres hinduístas abarca de los siglos IV al XII. Se  trata de una arquitectura de ladrillos rojos que están unidos con algún material cuyo secreto ha sido descifrado hace relativamente poco tiempo después de una larga búsqueda, de hecho el guía parecía no darle importancia a otra cosa más que a la cantidad de cementos y resinas que han probado los restauradores sin éxito alguno. Le encantaba enseñarnos el fracaso de las pruebas mostrando cómo las reconstrucciones del siglo XX habían vuelto a la ruina mientras que los trozos que seguían en pie porque se salvaron de los bombardeos en la guerra americana miraban con desdén a los advenedizos morteros y pegamentos que no eran capaces de mantener unidos ni a dos moscas siamesas. 

Nuestro guía era un entregado, un motivado, y cargaba las tintas en épico discurso al contar cómo los americanos con sus bombardeos rompieron en segundos lo que la erosión no había conseguido ni rozar en un milenio. También cabría homenajear -añado- al listillo del Viet Com que decidió utilizar las ruinas como cuartel general del ejército del norte no sé si creyendo que al tratarse de una pieza de patrimonio no les iban a bombardear. Me parecería justo que en esta demolición compartan la medalla los americanos y los vietnamitas, ustedes opinarán,  aunque sí, las bombas fueron de los americanos.

El Santuario My Son fue terminado por el rey de Champa, Indravarman III hacia el año 950 y, aunque a menudo es comparado con otros grandes asentamientos hinduistas (algunos osados incluso se atreven a equipararlo con Angkor), a día de hoy no queda ya gran cosa. Ya os digo, el guía no habló casi de otra cosa que no fuera el pegamento de los ladrillos. Me llamó mucho 
la atención porque los investigadores habían descrito una teoría acerca de la unión indestructible de éstos que incluía el cocimiento de los templos una vez construídos. Ya sabéis que los ladrillos son de arcilla y que la arcilla necesita pasar por el horno para convertirse en un material resistente y aislante. Pues bien, parece que ellos recocían los ladrillos cuando ya estaba el templo montado, no sé si tendrán muchas pruebas que lo corroboren, pero me parece una idea apasionante. 

Otro elemento que encantaba a nuestro guía eran los Shiva Linga, que ya sabéis que es una representación fálica para convocar a la fertilidad en el más amplio de los sentidos (también las cosechas), aunque este señor no podía parar de ver un pene. ¡Ay madre! Con esta foto damos por terminada la excursión.


El segundo día de Hoi An lo dedicamos a pasear y visitar algunos puntos interesantes de los muchos que hay. Lo que más me llamó la atención es la existencia de salones de asambleas de las congregaciones de chinos de diferentes orígenes que migraron a Hoi An en la época dorada. Nosotros visitamos la de Fujian y la de Cantón, se parecen entre ellas, tienen un patio a la entrada con sus emblemas y sus símbolos y luego pasas a lo que en sus orígenes sería el salón de la asamblea. Hoy funcionan como templos, me imagino que la religión fue tomando un papel relevante en la vida de la comunidad y no pudo privarse de convertir el salón de todos en el salón de dios, lo normal. El caso es que los templos son muy coloridos y muy entretenidos. Tienen cantidad de objetos significativos para la tradición taoísta y para las comunidades asentadas en Hoi An, entre otros objetos se encuentra el caballo que debe representar al que utilizara el fundador para llegar a la ciudad o algo por el estilo. Aquí podéis ver a Antonio haciendo sonrisas ante el caballo y un barco bajo un cielo de espirales votivas de incienso, ante el caballo también hay unas ofrendas. 


El objetivo fundamental de los taoístas es alcanzar la inmortalidad, si bien, a veces no se entiende ésta literalmente, sino como longevidad en plenitud o en armonía con la naturaleza. Lao Tzu fue deificado como dios taoísta -un "inmortal"-, encabezando un enorme panteón de héroes folclóricos, generales famosos y sabios, todos los cuales alcanzaron la inmortalidad. Una de esas diosas era la titular de la “cartera de protección del Mar”, la diosa Thien Hau (como Nuestra Señora del Carmen en España, vamos) y es muy venerada por aquí por la evidente necesidad que habrán tenido estas criaturas a lo largo de los siglos de encomendarse a alguien cada vez que salían a navegar. Es muy señoreada ¿verdad?
¡Al sielo con la Señora!


Después de pasar unos ratos en la nube de incienso ¡es la hora del espectáculo! Ya hemos visto varios espectáculos de danzas así en sitios-souvenir y en general no merecen la pena. En realidad os digo que fuimos porque el ticket que compramos para visitar cinco sitios de la ciudad incluía el espectáculo de danzas populares. Muy malino, pero me gustó mucho ver a esta mujer tocando este instrumento. Sonaba muy agradable, luego le pregunté que si me tocaría unas sevillanas y se molestó.  Je je, es broma, claro.


Luego resultó que el sitio era muy agradable, las casas de Hoi An son muy bonitas y todas están muy bien conservadas. Bueno, al menos las que están abiertas al público. En esta había un centro de artesanía para que viéramos cómo fabrican las esteras de palma, los cacharritos de barro, las tallas de piedra y sobre todo los farolillos de tela. Yo con esto es que me quedé embobado, las chicas estaban ahí tan tranquilas charlando de sus cosas tirando líneas perfectas de pegamento sobre las cañitas casi sin mirar.  ¡Qué habilidad hija!




Antes de despedirnos de Hoi An os voy a dejar una imagen del puente japonés. En su origen Hoi An era una ciudad dividida; el asentamiento nipón se encontraba al otro lado del puente japonés. El puente es una estructura cubierta construida por los japoneses y, según dicen, es el único puente que se conoce que está unido por un lado a una pagoda budista.

 
Y como os había comentado anteriormente, nos negábamos a viajar más en ningún vehículo que tenga pinta de haber pasado menos revisiones que la silla de ruedas del cojo manteca. ¿Qué hicimos? Pues irnos a una señora agencia, bueno era la más sencillita, y comprarnos un ticket en un bus de verdad hasta Hue. Aunque estaba muy cerca nos llevaron en sleeping bus porque es el que venía de hacer el trayecto nocturno desde más al sur, imagino que desde Nha Trang. Para buscar un hotel nos dejamos acompañar por un cazaturistas que casualmente nos llevó al que nosotros queríamos buscar y además estaba bien de precio. ¡Ay! ¿Por qué no será siempre así?

En Hué teníamos tiempo de sobra así que no nos precipitamos y el primer día nos conformamos con dar un paseíto por el puerto viendo estos barcos turísticos tan pintorescos amarrados a orillas del río Perfume. Hay mucha gente alrededor del puerto ofreciendo viajecitos en barco de aquí para allá y vuelta, pero me parece que no estamos en ese plan nosotros. “¡no cenkiu, cenkiu!“ es lo más que alcanzamos a repetir como letanía por todo el muelle. Suerte que soy de pueblo y me olí que ese viento que se levantó no traía buenas noticias. Efectivamente, en cinco minutos estaba lloviendo, por suerte ya habíamos cogido en dirección al hotel y nos mojamos solo un poco.


Hué tiene aproximadamente 287.000 habitantes y es muy conocida por su patrimonio arquitectónico, el Conjunto de Monumentos de Hué fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993. Originalmente floreció como la capital de los Señores Nguyen, una dinastía que dominó gran parte del sur de Vietnam desde el siglo XVII al XIX. Hué fue la capital nacional hasta 1945, cuando el emperador Bao Dai abdicó y el gobierno comunista fue establecido en Hanoi, en el norte. Después Bao Dai era brevemente proclamado “Jefe de estado” con la ayuda de los franceses, empeñados en quedarse, en 1949 (aunque no con el reconocimiento de los comunistas ni la aceptación total del pueblo Vietnamita), su nueva capital fue Saigón, en el sur.

En la Guerra de Vietnam, la céntrica posición de Hué la situó muy cerca de la frontera entre Vietnam del norte y Vietnam del sur, aunque la ciudad fue localizada en el sur. En la “Ofensiva de Tet” (Tet es la fiesta de fin de año vietnamita)de 1968, durante la batalla de Hué, la ciudad sufrió considerables daños no solo por los arrasadores bombardeos americanos sobre sus edificios históricos y viviendas sino también por las ejecuciones cometidas en lo que acabó llamándose “Masacre de Hué” orquestada por las tropas comunistas. 

 Al acabar la guerra el patrimonio artístico de Hué fue dejado en el olvido ya que los restos de edificios eran vistos por el régimen vencedor como reliquias del régimen feudal reaccionario, que era como la doctrina oficial del partido comunista describía a la dinastía Nguyen. Sin embargo ha habido un cambio de política y muchas áreas históricas de la ciudad están actualmente siendo restauradas.  La ciudadela incluye la mayoría de piezas y a día de hoy se ve más cuidada. Ya se puede adivinar algo del poderío que debió tener cuando esta capital imperial era similar en extensión y en estilo a la Ciudad Prohibida de Pekin.

 
La ciudadela comprendía tres ciudades amuralladas concéntricas: la más exterior y por tanto más extensa, KinhThanh (Capital), luego Hoang Thanh (Imperial) y en el sitio más protegido Can Thanh (Prohibida). A la Ciudad Imperial se entraba por la Ngo Mon (puerta del Sur, erigida en 1833),que daba acceso al Thai Hoa (palacio de la Paz Suprema, construido en 1805) y al Can Chanh (palacio de la Ley Celestial), donde se recibía a los enviados extranjeros. Por la zona de la entrada precisamente anduvimos un rato descansando a la sombrita donde me encontré esta supercampana y se me ocurrió esta bromita para todos vosotros.


Como os he comentado antes la ciudadela sufrió daños devastadores y hay zonas enteras que yacen como solares esperando algún día que el gobierno se quiera gastar la pasta. Yo creo que no hace falta que lo reconstuyan todo porque sólo 20 de los 148 edificios sobreviven y sería demasiado dinero, aunque algunos edificios sí que los están levantando prácticamente desde cero, se ven talleres de carpintería y albañiles por todas partes. Hay alguna reconstrucción digital en tres dimensiones y resulta increíble que estos sitios se acabaran. Yo creo que estas cortes nada tuvieron que envidiarle a un Versalles o a la mismísima Viena. Bueno, si fueron de manirrotos como en Versalles no me extraña que el imperio colapsara.  
Ésta es una de las numerosas puertas que encontramos entre jardines y avenidas para pasar de unos recintos a otros, está recubierta de cerámica de colores y sirve de entrada al templo To Mieu.


El templo To Mieu es uno de los que han sido restaurados y tiene pulido hasta el último rincón. En el patio hay una especie de ollas gigantes que eran las nueve urnas dinásticas de los Nguyen y simbolizan el poder y la estabilidad. En el interior, en la sala principal, se alinean los pequeños santuarios para honrar la memoria de los emperadores pasados. Durante la época francesa sólo los siete emperadores que habían tenido la aprobación francesa fueron honrados. Posteriormente fueron añadidos los demás, ¡hombre ya!


Comimos en el restaurante de una vietnamita loquina que todo el tiempo nos daba cachetazos en el hombro, tanto a Antonio como a mí. ¿Cómo se llamaba? ¡Ah si! Coco, bueno el restaurante era “Mihn y Coco” (no Cristina no es Cocó Comín) pero la que nos daba candela era la Coco. Bueno, pues a esta Coco le quisimos alquilar unas bicis pero las tenía fatal así que decidimos buscar en otro sitio. Sin embargo Coco nos dijo que iba a llover así que lo dejamos para mañana.  Nos fuimos a la habitación porque no nos queríamos mojar ni el poquito que nos mojamos ayer y, aunque la lluvia tardó en hacer su aparición, finalmente se puso a llover a cántaros. Tan tranquilos estábamos allí y de repente irrumpe en nuestra habitación una vietnamita menudilla con el casco de moto puesto que decía nosequé de nosecual y al parecer lo que quería era comprobar que teníamos las ventanas cerradas. Les tuvimos que decir algunas cosas, comprendednos, porque eso de entrar en la habitación con los huéspedes dentro no está bonito. Nos quedamos un poquito con el cuerpo cortado porque no sabíamos que quería aquella kamikaze que poco más y viene con el vespino la tía.  

El día de la excursión, que era el último de Hué, le pedimos las bicis a la señora que llevaba el restaurante donde desayunábamos, frente al hotel. Como de costumbre en toda asia, las bicicletas están fabricadas para asiáticos y yo ya tengo las rodillas para ir al traumatólogo de puntito y horita que pise España. Tengo las piernas más cargadas que la Duquesa de Alba después de tres días de feria. Bueno, pues las bicis nos llevaron a una zona cercana a Hue pero había que pedalear un ratito, nos dirigíamos a las tumbas de los monarcas Nguyen.
Al salir de la ciudad se me pone al lado una señora en moto y me dice “¡hola!... ¿a dónde váis?... ¿a las tumbas? ¡ah, qué suerte! Yo vivo al lado ¡seguidme!” Mi respuesta “Yo no voy contigo a ninguna parte” y la chica se esfumó sin inmutarse. Este modo de caza al turista no lo habíamos experimentado aún y nos pareció realmente extraordinario. Supongo que nos iría a llevar a alguna tienda de algo, no lo sabremos nunca.

Las tumbas no es que estuvieran demasiado lejos pero es que el mapa de la guía estaba un poco mal y los caminos no se aclaraban mucho tampoco. El camino no estuvo mal pero en algún momento sufrimos un tráfico polvoriento y en otro tuvimos que ir por un barrizal a través de una plantación de arroz. 

Finalmente llegamos a la que dicen que es la tumba más majestuosa de todas, la de Mihn Mang que reinó de 1820 a 1840. En general dicen que todas los mausoleos son así de extravagantes. Al parecer todas tienen, como esta que nosotros visitamos, una sala de la lápida en la que se contarán las virtudes del finado, un templo para venerar al emperador y su esposa, un sepulcro encriptado donde permanecen los restos mortales del emperador, un patio en el que figuran elefantes de piedra, caballos y algunos militares y mandarines. Por último siempre hay un estanque de lotos con plumerias (unas flores muy bonitas) y pinos. En una de las puertas a la salida del templo he recogido a Antonio que parece que viene del cielo con su paraguas al más puro estilo Mary Poppins.


Después de la visita tenemos que irnos corriendete porque amenaza lluvia y por nada del mundo nos apetece llegar calaos al hotel ya que, al ser el último día, no tenemos habitación. La cuestión es que nos iremos esta misma noche hacia Hanoi en el autobús nocturno con cama y todo. Ya sé, ya sé; no nos privamos de nada, ni siquiera de unos dolores musculares porque la posturita de dormir del autobús no tiene desperdicio. ¿Quién ha diseñado esta cama?... aquí pone “Literas Quasimodo” ¡Aaaah!

 El viaje no nos cuesta ningún esfuerzo aunque la tripulación del bus es lo más antipático que me he echado a la cara. Les fui a preguntar que si pensaban parar para cenar y con un gesto de desprecio y sin mirarme a la cara me hacen entender que no van a hablar conmigo. Me vuelvo a mi asiento-cama para recomponerme después de este trato vejatorio e informo a Antonio que estamos incomunicados, que sabremos si cenamos o no cuando paremos y nos pateen para que bajemos a cenar al restaurante que ellos nos digan. Así fue.

Por la mañana llegamos a Hanoi y nos acercamos a un hostal que hemos visto en la guía. Por el camino nos ofrecen hoteles con buena pinta y a buenos precios pero hemos leído que en los hoteles te presionan hasta la saciedad para que les contrates un tour. Incluso hablan de hoteleros que te ponen de patitas en la calle si no colaboras. Nosotros no tenemos ganas de que nos anden detrás y optamos por seguir nuestro instinto, que hasta ahora nos ha funcionado bastante bien. Pensamos quedarnos unos días y nos apetece tranquilidad. La habitación no está mal, tiene mucha luz y canales internacionales en la televisión, baño y aire acondicionado sólo si pagamos un poquito más. Bueno, ya se verá.

Al bajar el primer día la chica de recepción nos pregunta que si tenemos que hacer la visa de China y como nos ve interesados nos comenta que lo mejor es que se lo encarguemos a ellas porque en la Embajada de china en Vietnam nos van a poner muchas pegas. Le decimos que sí con la boca pero pensamos que no con la cabeza. Ya podemos ir nosotros a la embajada ¿no? De todos modos tenemos tiempo, ya iremos mañana.

El primer día lo pasamos dando vueltecitas por los alrededores del lago Hoam Kiem, una pieza urbanística e histórica clave para los habitantes de Hanoi, según la Loli Planet “el epicentro de  Hanoi viejo”. La leyenda dice que el cielo mandó una espada mágica al emperador Le Thai To quien la usó para expulsar a los chinos de Vietnam. Al día siguiente tropezó con una tortuga dorada gigante nadando en la superficie del lago; el animal se apropió de la espada y desapareció en las profundidades del lago. Desde entonces el sitio se llama Ho Hoan Kiem (lago de la espada devuelta o algo así) porque la tortuga restituyó la mencionada arma a sus divinos propietarios.

Aquí tenéis una foto del lago decorado para las celebraciones del día nacional. El dos de septiembre se conmemora el 65 aniversario de la lectura por el señor Ho Chi Minh del manifiesto de independencia de Vietnam (de los franceses) en la explanada donde hoy se encuentra su propio mausoleo. Ya hablaremos de ello.


 El caso es que este primer paseo nuestro tuvo como destino casi sin querer, y digo casi, una cervecería de esas baratísimas que sólo se encuentran en Vietnam. ¡Dos Bia Hoi, cuando pueda! Y desde esa misma esquina pudimos disfrutar de un divertidísimo espectáculo. Cada poco rato pasaba una cadena de Cyclos (llamemos así al vehículo triciclo con tracción humana que acarrea a otro humano, mal caben dos, en la parte de delante) llevando a turistas de alguna excursión. Mirad qué animado se pone el cruce. De fondo podéis ver un bonito edificio de la época colonial y a la izquierda una banderita conmemorativa de para la celebración del día nacional. También se puede apreciar lo arboladas que están las calles de la ciudad. En muchas avenidas las copas de los arboles aportan sombrita y frescura amortiguando los efectos de este clima de cocción lenta y este tráfico infernal.


Más tarde decidimos realizar alguna visita cultural y elegimos el templo más importante de Hanoi. Se trata del Van Mieu o Templo de la Literatura. Es un edificio religioso dedicado a Confucio que se fundó a finales del siglo XI. Más adelante se acabaría convirtiendo en la primera universidad de Vietnam en la cual los jóvenes, sobre todo los nobles, podían estudiar los principios del confucionismo, literatura y poesía. Los graduados, pasando una serie de exámenes como los que hoy llamamos oposiciones, llegaban a ser mandarines, que venía a ser como los altos funcionarios del emperador. A partir del siglo XV y por orden del emperador se comenzó a registrar el nombre de los diplomados (la carrera era de tres años) que conseguían las puntuaciones más brillantes sobre placas de piedra. A día de hoy aún se conservan más de la mitad de dichas estelas, que son unas lápidas enormes montadas sobre tortugas.

El complejo del templo consta de varios patios alineados con sus estanques simbólicos y sus puertas con inscripciones, es muy agradable, aunque en estos días está algo más animado que de costumbre. Hay una exposición de tambores de bronce con sus azafatas y todo está lleno de carteles y banderitas porque se acerca la celebración del día nacional. En esta foto podéis ver a una de las chicas que custodian la exposición en su descanso para el café. No puede esperar para ver si le han llamado.


Al llegar al fondo del templo se llega a la zona más importante, como siempre y en el centro de la sala principal, una vez has pasado las tiendas de souvenirs, te encuentras con una majestuosa representación de Confucio rodeado de sus cuatro mejores discípulos. Me llamó la atención que se les dedicara esta atención a los seguidores del maestro y además que me parecieron bastante bonitos, aquí os dejo con la carita de uno de ellos.  


Después del Templo de la Literatura nos tomamos unos noodles en Phò 24 que es donde Clinton se tomó la típica sopa de noodles vietnamita cuando anduvo por aquí en el 95 para restablecer las relaciones diplomáticas con el país que los estadounidenses habían dejado de visitar veinte años atrás. Nos hemos comido phòs muchísimo mejores y más baratos.

A la mañana siguiente decidimos animarnos a ir a la embajada china, pero antes desayunamos en el que se convertiría en nuestro restaurante de referencia, el Darling Café. Este café está en una de las calles más entretenidas del barrio viejo, hay cientos de tiendas con mil cachivaches religiosos, desde peanas para las imágenes hasta la más completa gama de budas, pasando por toda suerte de lamparitas y altarcitos, mesitas, recipientes, etc. Aquí una pandilla de budas que parece que están viendo algo gracioso en la tele.


Mientras Antonio miraba cosas en internet me di una vuelta por la calle, que estaba totalmente engalanada para el día nacional y además de las tiendas con los budas también tuve la suerte de encontrarme con estos escolares que preparaban sus pasacalles y sus cositas para la gran celebración. Fue muy entretenido, tienen una disciplina…


Vale, y luego directamente a la embajada china. Nosotros llevábamos una mosca tras la oreja por aquello que nos había dicho la chica del hostal. El caso es que cuando llegamos a la entrada de las oficinas de los visados nos indicaron a un sitio donde no había cola y un oficial chino nos entregó una cuartilla con la siguiente lista de requisitos para solicitar el visado. Os haría una foto para que lo veáis con vuestros propios ojos, pero está en inglés y puede que no todos tengáis el título de la “international inglis academy” de jabugo, el cual yo tengo que me lo prestó un amigo.

Requisitos:
1.       Copia de la página de información del pasaporte y del visado de Vietnam, el cual       debe tener una validez de al menos un mes contado desde la fecha de la solicitud.
2.       Carta de presentación de la compañía donde trabaja el solicitante, en chino.
3.       Traducción al chino del seguro del solicitante.
4.       Reserva de hotel en la cual la dirección del hotel y el nombre de la persona de contacto deben estar escritas en chino.
5.       Planificación detallada e itinerario del viaje. (Supongo que también en chino)
6.       Ticket de avión o del medio de transporte a utilizar.
Todo mal. Nosotros no tenemos un visado de Vietnam para tanto tiempo, no tenemos trabajo, 
no tenemos billetes de avión ni de nada, no hemos planificado nada de nada de lo que haremos en china y no se nos da nada de bien traducir al chino. ¡Ay omá! Inmediatamente nos vinieron a la mente las palabras de la chica del hostal… bueno, ahora no sé las palabras que dijo, ¿vale? Pero lo que quería decir era que le teníamos que encargar el visado a ella porque en la embajada nanai. Todo esto huele regular, pero luego hablaremos con ella. 

Para despejarnos un poco este nubarrón diplomático que se nos acaba de instalar en la cabeza decidimos irnos a pasar un rato en el mausoleo de Ho Chi Minh, si mira, teníamos que elegir entre esto y una fiesta de la espuma con cerveza gratis y decidimos ver al antiguo presidente de todos los vietnamitas convertido en mojama. Nos encanta leer en nuestras guías que, al parecer, aquí se presume mucho del estado de conservación del cuerpo y se jactan de que el cadáver de Ho Chi bacalao Minh está impecable. Ay, perdonad que no pare de hacer bromas pero es que a mí lo de disecar al jefe y exponerlo para que lo vean las generaciones venideras me da risa. Y más aún si se tiene en cuenta que el propietario del mencionado cuerpo exhibido dejó dicho y redicho que quería la cremación y reparto de las cenizas en tres montañas al norte, sur y centro del país. Tururú, los del partido dijeron que aquí se iba a montar un mausoleo como dios manda… ¡ah!, que no que los comunistas no son muy de dios, bueno, pues que de cenizas nanai. Que las cenicitas se las lleva el viento y el cuerpo aquí venerable era mucho más práctico para perpetuar el régimen.


El edificio es impresionante como merece el homenajeado y las medidas de seguridad no tienen nada que envidiarle a las de ningún aeropuerto, también comprensible, claro. La decoración para el día nacional toma en los alrededores del mausoleo el aire de disparate floral y la cola al sol para pasar por delante del difunto casi que nos deja tan secos como él. Al acercarnos a la entrada, los militares que se encargan de organizar la cola nos dicen que nos quitemos las gafas de sol, los gorros, que no crucemos las manos detrás del cuerpo y una serie de normas de respeto al líder que no debemos saltarnos. Y digo yo, vamos a ver, tanto con quitar la religión y a mí me da la sensación de que estoy entrando en la mismísima casa de dios; pero no en sentido figurado, no, sino en la casa de dios que le vamos a ver en persona en breve. Quizá sea este el efecto que quieren conseguir, si la entrada fuera así como si pasaras por una fuente con patos pues no te entran esas ganas de venerarle y de respetarle, lo normal. Al pasar por delante de la urna Antonio y yo nos quedamos con la boca abierta porque es mucho más tétrico de lo que nos pudiéramos haber imaginado. Es un señor muertecito con la carita y las manitas iluminadas, ¡claro! Pero hombre que dejen descansar en paz a esta criatura en una sepultura digna. Bueno, en cuestiones de respetos no nos metamos. Cada cual con su cada qué.

Total que dejamos allí al señor Ho y nos volvemos a la vida. Tenemos que ir al hostal y preguntar por lo del visado. Nos dicen que nos lo arreglan por 60 dólares por cabeza, unos 45€, pero como tenemos pocos días y además mañana es el día nacional y aquí se hace puente pues que nos lo tenemos que hacer express así que son 80 dólares cada uno, 58€. Nosotros entramos en estado de chop y decidimos darnos una vuelta por las agencias, que sabemos que arreglan visados. Después de buscar sin ningún éxito decidimos que no hay más remedio y que se lo encargaremos a la chica de nuestro hostal. Así terminamos el día, bueno, en realidad lo terminamos tomando cervecitas en el bar de bia hoi. ¡Mañana es el día nacional!

¡Es el día nacional! Y ¿sabéis? ¡no nos hemos enterado de nada! Después de ver banderas por todas partes durante dos días. Por la mañana cuando llegamos a la calle de nuestro café favorito encontramos confetis por el suelo y dedujimos, agudeza total, que por allí había pasado un festival. Bueno, pensé, habrá más cosas esta tarde y seguro que hay fuegos artificiales. Yo tenía ganas de ver una parada militar o una cosa así a lo grande. Esta foto muestra como las calles llevan decoradas varios días y cómo, evidentemente, han amanecido hoy.


Una cosa buena que sí nos trajo el día nacional es que en el desayuno conocimos a otros dos viajeros que también habían estado en India y habían flipado, que habían estado en Camboya, que irían a Laos, que querían ir a China, como nosotros. Nuestros nuevos amigos se llaman Elia y Thom; Elia y Thom son encantadores y muy divertidos (no lo digo por si lo estáis leyendo, compañeros,  es que lo pienso) ¡holaaaaaaaa! ¡qué ilusión saludaros desde nuestro blog! (Por cierto, chicos, me encantaría colgar una foto con vosotros pero es que ¡no tengoooooo! Espero que, si leéis esto, podáis mandarnos una foto para la próxima entrega). Con ellos pasamos el rato en el desayuno y les contamos lo del visado porque a los portadores de pasaporte francés les están poniendo muchas pegas para darles el visado de China en las embajadas de Vietnam. ¡Ah! es que Thom es francés, Elia es Mexicana.  Se nos fue la mañana de charla, son muy entretenidos, de verdad.  

Luego nos dimos unas vueltas, nos fuimos a una casa antigua que había cerca del Darling Café y se llama la Memorial House. Es una especie de mini museo de costumbres populares. Te hablan un poco de cerámica y un poco de tradiciones pero lo bueno es que parece que estés en la casa de alguien que te enseña los muebles y las vitrinas con las reliquias familiares. Tuve la suerte de encontrarme con un señor que hacía caligrafía. La caligrafía en China es todo un arte y, aunque la mayoría de las personas saben leer y escribir, esto es otra cosa. Esto es tinta y pincel y y requiere de un entrenamiento especial, aunque este señor estaba trabajando con uno muy pequeño los llega a haber de muy considerable tamaño, auténticas brochas gordas, pero no por ello pierde calidad y belleza, al contrario.


Luego por la noche cenamos y cerveceamos con Elia y Thom y los tan esperados fuegos artificiales nos dieron igual. Bueno, Elia y yo nos acercamos un momentito a la esquina y miramos un poco, Antonio dejó claro que no movía el culo para ver cohetes y Thom fue más discreto que Antonio y sencillamente no se levantó. Con esto nos despedimos de ellos pero hemos quedado en vernos en nuestra siguiente etapa. ¡Ahahá! ¡Esto es un “continuará” en toda regla!

Pero antes de dejaros hasta la próxima entrega, os quiero enseñar una de las mejores cosas que he visto en Vietnam, ¡qué digo! Una de las mejores cosas que he visto ¡en mi vida! Se trata de una instantánea tomada en la puerta de una tienda que vende lápidas y otros cachivaches funerarios. Como ejemplo de lo que se puede hacer tienen unas cuantas estelas de mármol tallado con nombres y otros grabados al ácido o no sé con qué técnica, no os explico más. Os dejo con esta perla ¿de Hanoi?


  
Muchas gracias por seguir ahí. 

Andrés

6 comentarios:

  1. no tenéis fotos del muerto??? jo...
    por aquí en Sevilla muy bien, super entretenidos, ya os contaré los dos casos para pirri manson, el increíble caso del concurso de croquetas amañado y la misteriosa desaparición de la cafetera nespreso verde fosforito... pa cagalse!!!
    seguiréis contando de Vietnam cuando lleguéis a Sudamérica? espabilarsu y ponersu al diaaaa
    ya estáis en el ecuador del viaje no? que poquito pa verooooos...
    besos de los perez al cubo

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  2. Hola Robertitooooo!
    De fotos del muerto ni de coña, cámara confiscada en consigna y todo. Por favor me muero de ganas de saber qué es lo de la nespresso!! de lo de las croquetas ya he leído en Facebook, me he jartao de reir. Ay cuántas cosas voy a dejar de perderme en breve!

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  3. Andreeeee!!!como esta mi niño?bueno la verdad que fantasticas las fotos...guapo y del autobus nocturno ese no tienes fotos tampoco?es que no me lo puedo ni de inmagina...bueno guapos un besito fuerte, des Miami tambien se os echa de menos.

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  4. estoy bien, gracias.
    me voy a vivir con la ana jiménez.
    jiu!

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  5. Aquí os dejamos más información sobre la Ciudadela de Hue y también un par de recomendaciones sobre Que ver y que hacer en Hanoi.
    Un saludo
    Vietnamitas en Madrid

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  6. Estimados Andrés y Antonio,

    Mi nombre es Héctor Abascal y pertenezco al equipo de Triporg. Somos una startup que hemos desarrollado una aplicación gratuita de viajes que creo que os puede interesar conocer a vosotros y a vuestros lectores. Nos gustaría, si fuera posible, que probaseis nuestra aplicación en www.triporg.org. (Disponible para IOS, Android y aplicación web).

    Se trata de una aplicación que puede planificar en pocos minutos, de manera fácil y sencilla, tu estancia en una determinada ciudad (ya hemos implementado más de 55 ciudades españolas y muchas del resto del mundo). Te recomienda qué cosas ver y hacer según tus gustos, teniendo en cuenta los horarios, el tiempo estimado de visita y las distancias entre lugares a visitar. Además aprende de los gustos del usuario con su uso gracias al algoritmo creado para ello.

    Podeis acceder a un breve manual aquí:

    http://blog.triporg.org/index.php/2012/12/10/como-funciona-triporg-parte-1/

    Si os parece interesante os agradeceríamos muchísimo algún comentario sobre la existencia de la aplicación ya que lo consideramos interesante para vuestros lectores, porque les ayudará a encontrar rincones escondidos de las ciudades que visiten.
    Actualmente estamos implementando nuevas ciudades y es nuestra intención seguir actualizándola y mejorándola. Estamos deseosos de escuchar tus sugerencias.

    Podríamos enviaros, si os parece interesante, más información y fotografías de la aplicación al respecto. Para cualquier duda que tengáis de la aplicación, no dudeis en preguntarnos.

    Mil gracias!

    Héctor

    www.triporg.org

    PD. Si este no es el canal adecuado lo sentimos, no es nuestra intención molestaros.

    PD2. Nos ha gustado mucho vuestro blog. ¡Enhorabuena y seguid viajando!

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