Bien amigos, al grano, ya sabéis que hemos hecho la monumental y sofocante serie Agra-Khajuraho-Varanasi y que por fin nos dirigimos hacia el ansiado norte, a Sikkim. El ya habitual retraso del tren superó en esta ocasión las expectativas del más pesimista y acumuló diez horas en total. La estación de destino es New Jalpaiguri, último rellano del norte del estado de West Bengal (Capital: Calcuta) y por tanto fin de trayecto para los que queremos subir a las montañas en el vecino estado de Sikkim, las vías continúan, pero en otra dirección, más hacia los estados del noreste.
En el tren conocimos a Caroline, una estadounidense ¡de Michigan, Elena y Enric! ¡De Michigan! Y estuvimos todo el trayecto muy entretenidos porque era charlatana y muy graciosa, no paramos de hablar con los compañeros indios de viaje, sobre todo dedicamos mucho rato al trauma nacional “El matrimonio: decisión personal o mangoneo familiar, pros y contras del ejercicio de la voluntad” o como dirían ellos “El matrimonio: cagarla por amor y luego-seguro-que-divorciarte o respetar las tradiciones y acabar enamorándote de él/ella”. Perdonad que deje aquí este tema para cuando nos veamos en persona porque esto es para echar unas cañas, aquí hay un tomate con el casorio que no os lo podéis imaginar. Pues eso, cambiamos historias divertidas por cerveza, podemos hacer una lista de candidatos para invitarnos a cenar a la vuelta, garantizada amena sobremesa.
Como os decía, habíamos conocido a Caroline y ella a su vez había conocido en el tren a otro viajero que iba a la misma estación que nosotros, como llegaríamos a una hora algo intempestiva nos pusimos de acuerdo para coger un taxi juntos hasta la ciudad, Siliguri, a unos kilómetros de la estación. Nuestro nuevo compañero tenía apañada una habitación en un hotel y Caroline se fue con él, pero nosotros seguimos nuestro instinto y decidimos buscarnos la vida. Nunca lo reconoceré en público pero estuvimos a punto de arrepentirnos de no habernos ido con aquel señor con unas rastas tan largas y esa expresión que debe ser la que se le queda a uno cuando ha pasado cinco meses más de lo proyectado en una playa de Goa de fiesta en fiesta y fumándose hasta las veras del cercao. El caso es que cuando nos dejaron en aquella inhóspita avenida a las doce de la noche solo encontramos hoteles cerrados a cal y canto con los cierres metálicos bajados y un guardia de seguridad de un cajero electrónico (otro tema, todos los cajeros tienen un guardia de seguridad en la puerta sentado en una silla, a veces gestionan la cola) que nos lanzó el siguiente jarro de agua fría: “todos los hoteles están completos” claro, nosotros no nos creemos nada y seguimos buscando hasta que la noche nos lanzó el segundo jarro de agua más fría: “se puso a llover”. Los ánimos, aunque no intactos, seguían en buena salud y nos pusimos los impermeables en un ágil abrir y cerrar de ojos. Cuando conseguimos que un vigilante de un hotel nos hiciera caso ya estábamos dispuestos a aceptar cualquier habitación pero el amable señor nos ofrecería compartir con él y otro empleado el suelo de la oficina del hotel, emmm, gracias de corazón pero seguiremos buscando. Al final otro vigilante nos llevó a una casa de un señor que tenía una habitación que parecía cerrada desde que murió la abuela pero tenía baño y mosquiteras así que para dentro. A las siete de la mañana nos despertaron con un musicón atronador porque se casaba una vecina la siguiente noche y había que montarla desde muy temprano. Cosas de las bodas de aquí.
En Siliguri hacía calor pero las ganas de norte debían esperar un día más porque había una huelga que tenía cortadas las comunicaciones por tierra con Sikkim. “Estoooo, bueno, pues vamos a ver si encontramos una habitación lejos de la boda ¿no?”
La huelga la convocaban los Gurkas del norte del estado de West Bengal, se trata de un grupo étnico mayoritario en esa zona (Darjeeling y alrededores) que quieren un estado independiente que se llamaría Gorkaland, da la sensación de que toda la población está de acuerdo y todos los partidos políticos de por allí son Gurkas. Al parecer los gurkas son originarios de Nepal y tienen un pasado guerrero, de hecho el emblema de gorkaland luce dos cuchillos nepalíes cruzados. En muchas causas de la India los gurkas han entregado algunas vidas y ahora desean que se les conceda este agradecimiento en forma de estado propio. Pero bueno, aún no hemos llegado a la virtual Gorkaland, seguimos en la llana Siliguri donde no hay nada de nada que hacer así que después de encontrar una habitación en un hotel normal nos dimos paseítos, fuimos a internet, me compré una camiseta por cien rupias (1.6€) y vimos la tele ¡Indian Idol! Me encanta. Bueno, y disfrutamos de la procesión nupcial del novio de la mencionada boda. Según la norma general la novia espera al desconocido en casita de sus papis a los que verá hoy por última vez en un tiempito, el novio llega con cara de susto montado a caballo en el caso de las familias pudientes y en este caso en coche. Delante de él, los invitados varones de la parte del novio van bailando frenéticamente a la cabeza de una procesión que se completa con músicos (percusión y viento-metal) y una escolta de ocho o diez sujetabombillas que proporcionan una estridente iluminación de barras fluorescentes conectadas a un generador de gasolina que anima a los músicos a reventar los niveles de contaminación acústica para amortiguar la pedorreta propia del motor.
A la mañana siguiente ya hicimos la maleta seguros de que llegaríamos a Gangtok, la capital de Sikkim, porque ya había terminado la huelga, pero los conductores de Jeep le dijeron a Antonio que nanai, que no nos llevaban, que pilláramos el autobús, pero como la cola era kilométrica y no avanzaba, Antonio habló con un conductor que nos llevaría a Darjeeling, ¡ea! A Gorkaland. Nos dio la sensación de que los dueños de los jeeps estaban siendo prudentes porque el día anterior habían publicado una imagen de un jeep que intentó pasar por tierras gurkas hacia Sikkim y fue apedreado después de hacer bajar a los turistas graciasadió. Total que para poder salir de la aplastante Siliguri tuvimos que cambiar nuevamente de ruta, ¡vale! en Darjeeling hace fresquito seguro.
Efectivamente, Darjeeling está entre montañas, nosotros no vimos ni una porque los días que estuvimos había una supernube envolviéndonos que no nos dejaba ver naíta. La gente parecía más amable que en el resto de la India, ¡no, no! La gente ERA más amable que en el resto de la India, no necesitamos mucho rato para pensar “¡Que les den la independencia, si no tienen nada que ver con los demás!” era increíble, de repente la gente te decía hola por la calle sin que después tuviéramos que acabar diciendo no a alguna propuesta comercial. El pueblo era una puritita cuesta y por todas partes veíamos porteadores acarreando de todo con una banda sobre la cabeza en plan hormiga, yo creo que es algo malísimo para las cervicales pero Antonio no está tan seguro. A ver qué os parece este ejemplo, la perspectiva no es muy buena, pero se entiende.
En Darjeeling había plazas para pasear y ponis para que los niños dieran un paseo por un precio sencillito, muchas tiendas de té, templos budistas y muchos turistas, sobre todo nacionales. Visitamos las plantaciones de té de Happy Valley que según nos dijeron vende casi toda su producción a los almacenes Harrod’s de Londres para que ellos multipliquen el precio por cincuenta, lo normal. En Darjeeling hay otras 83 plantaciones. Nos dieron una interesante charla sobre el proceso de secado del té y pudimos ver a las mujeres que lo recogen a mano y hoja por hoja (También os lo contaremos en persona a quien tenga curiosidad) a la salida de la fábrica una señora que vivía en una casita allí mismo nos engatusó para que pasásemos a tomar un par de tacitas de la mejor variedad por alrededor de un euro, estaba loca de remate y te hacía un estudiado simulacro de hospitalidad para que te fueras contento, nosotros nos fuimos meados de la risa.
En Darjeeling queríamos haber pasado dos días pero tuvimos que quedarnos más porque Antonio se puso malito con una comida que le sentó fatal aunque no era mal sitio para alargar la estancia. Finalmente dejamos Darjeeling y llegamos a Pelling en Sikkim oeste, desde allí podríamos avistar el Kanchenjunga (¿se dice así Aitor?) y organizar algunas excursiones a sitios de los alrededores. Nada más llegar a Pelling nos pusieron los pelin de puntin porque nos contaron que varias horas después de nuestra partida de Darjeeling había sido asesinado un líder de los tres partidos Gurkas, al parecer el más mayoritario a manos de un fiel de otro partido Gurka evidentemente menos mayoritario. ¿Os acordáis que el emblema de Gorkaland tiene dos cuchillos nepalíes?, pues usaron uno de esos para cortarle el cuello en un acto público en una plaza de Darjeeling, uuuuuh, este viaje es trepidante ¿eh?
No sé si sería por luto nacional o por otra huelga encubierta pero no tuvimos narices de que ninguna agencia de viajes de Pelling nos vendiera ninguna actividad ni ningún tour ni nada, pasaban de nosotros. He de decir que en Pelling había hordas de familias multitudinarias (17-20 miembros, vale, también las había de 6) que alquilaban jeeps completos con total alegría y desparpajo, aquí dos guiris regateadores no pintan nada. Bueeeeno, pues nada, a vivir la vida en Pelling y dar paseítos. La providencia quiso que al tercer día se despejara el cielo y el Khanchenzonga (es que bien-bien no se me ha quedado el nombre) mostrara por dos horitas ante nosotros, para ello Antonio tuvo que abandonar precipitadamente la cama, ya le conocéis, el duerme divinamente, pero mereció la pena.
En el pueblo había poco que ver pero tenían un par de monasterios budistas (gompas) muy agradables, en uno de ellos nos sorprendimos al presenciar el tiempo de ocio de los alumnos de la escuela budista jugando al Cricket y a artes marciales. Como aclaración que a mí me encantó conocer os diré que los niños son como monjecitos desde pequeños, algunos porque los manda la familia para que estudien allí y aprendan inglés entre otras cosas y otros porque son huérfanos y los recogen, pero todos tienen la oportunidad de dejar la vida monacal si lo desean, o al menos eso nos contaron unos monjes jovencitos.
Finalmente dejamos Pelling, ahora sí, hacia Gangtok, la capital del estado que está en el Este, fue un viaje larguito en jeep que me dejó el estómago despistado para un par de días pero se hizo ameno porque lo compartimos con unos turistas inglesa, alemán y estadounidense muy agradables. El alemán Chris y la inglesa Joe nos invitaron a compartir con ellos habitación esa noche y viajar juntos al día siguiente hacia Rumtek, un monasterio con varias casas alrededor en el que nosotros pasaremos un par de días y ellos solo la mañana. Tuvimos la gran suerte de llegar en las celebraciones del cumpleaños de buda y vimos una procesión que nos dejó a todos con la boca abierta, a nosotros por lo pintoresco y exótico y a nuestros amigos porque eran budistas y este ritual es muy importante en el calendario litúrgico de la religión de las montañas. En la procesión me cautivó especialmente la presencia de un niño gordito que según nos contaron era la reencarnación de un lama (os dejo unos segundos para que oigáis mentalmente la canción de Mecano “Ay Dalai”).
Bien, después de estos segundos musicales, seguimos con Rumtek. Después de la procesión buscamos alojamiento y entramos un ratito en la multitudinaria Pooja (en una descuidada traducción: misa) el niño lama jugaba con el tocado del monje que estaba al lado y hacía risas aunque el ambiente era muy solemne. Un largo pañuelo blanco recorría la sala en zigzag pasando por todas las bancadas de monjes, les repartían botellitas de zumo de mango a todos y luego un monje más mayor les repartió dinero, unas trescientas rupias por cabeza (5€) debe ser como el aguinaldo navideño para nosotros, de hecho ésta era su navidad. Nuestros amigos turistas se tenían que ir y salimos del templo, no importa, esa misma tarde el artista local que tallaba en cemento cabezas de dragón-león en la puerta de otro templo llamado Old Rumtek nos advirtió que a la mañana siguiente podríamos presenciar otra pooja en aquél monasterio. Allá que te van los dos ateos a otra misa a las siete de la mañana, a quien se le diga… La verdad es que nos encantó la experiencia, nos dieron desayuno y estuvimos un ratito charlando con unos monjes monísimos antes de la celebración.
El desayuno era un arroz caldoso que sabía a poco pero lo poco que sabía estaba bastante malo, era un arroz con leche pero cocinado con mantequilla de yak, bueno, nos lo habían ofrecido y había que tragar. Luego, dentro del templo fuimos los únicos extraños al monasterio en presenciar la pooja y nos invitaron a un té salado con mantequilla de yak, y dale con el yak, que estaba más asquerosito aún que lo de antes, pero como niños bien educados nos lo pimplamos enterito, con sus copos de avena y una especie de pestiño soso y seco que se te quedaba en la boca como un chicle de cartón. A la hora y tres cuartos acabaron y salieron escopeteados, nos despedimos del monje que nos hizo de anfitrión y cuando ya nos largábamos el artista de los dragones nos dijo que a dónde íbamos que aquello era un intermedio y que la pooja acabaría a las 3 o las 4 de la tarde, evidentemente apretamos el paso sin mirar atrás y al ratito estábamos en el hotel disfrutando de una maravillosa siesta antes de ir a comer. En catalán hay un término que me encanta para nombrar esta siesta “la migdiada del Canonge”, es decir, “la siesta del Canónigo” ¡qué oportuno! ¿Verdad?
Y con estas dosis de espiritualidad en el cuerpo salimos a la mañana siguiente de vuelta a Gangtok donde nos reencontramos con Mónica y Arturo, dos catalanes que conocimos durante nuestros días en Darjeeling, viajeros encantadores con los que pasamos una noche de cervecitas ¡chupi!
Al día siguiente partimos de Gangtok hacia Siliguri para coger nuestro tren hacia Calcuta (desde 2001 Kolkata) en un viaje sin retrasos porque salía de nuestra estación y fue puntual. Aquí acaba la aventura en las montañas sin trekking ni aventura porque os recuerdo que no nos quisieron vender nada, bueno sí que tuvimos una pequeña aventurilla en el campo, pero eso os lo va a contar Antonio en la próxima entrega.
Muchos besos a todos y gracias por seguir ahí, espero que ahora que se acerca vuestro verano no nos abandonéis como esa mascota que os entretuvo cuando los días eran más cortos.
Andrés.
lunes, 31 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
hola caracolaaa!!!!!! me ha gustado musssssho esta entrega, sobretodo el momento musical (Ay Dalai)jejeje me meo!!! Por cierto primera propuesta de cena cuando volvais, pero en el pobleeee de llers, ponerme en la lista. bueno que me voy al bodorrio en coria of the river(coria del rio)sevilla!!! pressssssssiosidades que sigais disfrutando y en la proxima entrega lo mismo hos escribe mi madre , mi hermana o la vecina jejjeje muuuuuuak
ResponderEliminarNo os podeis imaginar lo que me he reido con esta frase..."los invitados varones de la parte del novio van bailando frenéticamente a la cabeza de una procesión que se completa con músicos (percusión y viento-metal) y una escolta de ocho o diez sujetabombillas que proporcionan una estridente iluminación de barras fluorescentes conectadas a un generador de gasolina que anima a los músicos a reventar los niveles de contaminación acústica para amortiguar la pedorreta propia del motor."
ResponderEliminarBueno chicos...ya sabeis que sigo vuestras peripecias en er vivo y er direrto...espero nuevas entradas.
Arroz con leche? como se lo cuente a pilita verás!!!
ResponderEliminarjoe, cuantas cosas, coño, tengo los ojos ahora mismo que no veo, como que 5 entradas seguias que me estoy cargando, coño... es que esto de estar ahora en la nube de gocu hace mucho, jejejejej, bezitos
ResponderEliminarQue maravilla! Cuanta actividad se ve en esta entrega! Me encanta la tipica cara de Antonio cuando esta partiito de risa y no puede pegar la carcajada del todo, que arte!! Ah oye una cosita amigos, que Sikkim si que viene en google maps estupendamente, con su capital Gangtok y todas sus cosas. Que yo como soy fan del mapa llevaba tiempo queriendo desmentir el malentendido, porque es verdad que el gmaps a veces la caga bastante, pero esta vez no.
ResponderEliminarYo el otro dia tambien estuve en una misa, como se tiene que ver una... pero de estas de gosspel, alli no se decia misa, era como un programa de confesiones, pero tengo que reconocerlo a mi se me ponian los pelos de punta con la muchacha que salio de las drogas a golpe de gosspel...
Un besito chicos!!
Retomando la lectura de vuestro periplo y encantada de saber de vosotros. Chicos, es inevitable, cada vez q veo a un "are crinna" o escucho la canción de Mecano, tengo en la retintina a Antonio y las cosas esas tan chulis, vamos el videoclip con q nos deletásteis. Os quiero!!
ResponderEliminarBssssssssssss